El texto trata sobre preguntas que van surgiendo sobre quienes deben tener el protagonismo de enseñar arte en un aula: Profesores generalistas, Artistas o Especialistas. Estos cuentan generalmente con experiencia y perspectivas muy distintas respecto a los procesos y prácticas educativas y culturales, al mismo tiempo con fortalezas y debilidades que deben ser tenidas en cuenta a la hora de diseñar programas de formación relevantes y eficaces.
REFLEXIÓN:
Lo que entiendo por pedagogía es una división entre lo teórico y lo práctico. En lo práctico se rescataría una de las bases de la Educación que es la relación social e intercambio cultural.
En lo teórico estaría la disciplina donde se abordaría el campo formal para producir conocimiento y este conocimiento no es absoluto. Ya que el vínculo docente/alumno no es un estado jerárquico.
El artista que ejerce como profesor, no necesariamente es sabedor por completo, ni un buen profesor. Todo depende en el contexto cultural y socio-económico en el que se establezca la educación. Ya que es el contexto el que lo determina.
Una buena enseñanza la determina su motivación y pasión en el área. Haciendo de esta enseñanza una transformación, como vehículo de emancipación y liberación del poder/control.
No formar artista sino que el aprendizaje intervenga el mundo.
El que debe realizar una clase de artes es el que tiene la suficiente experiencia en ella y sepa transmitir las perspectivas sociales y la formación de identidades. Donde la educación vaya de la mano con la democracia.
Todo esto sería posible creando un currículum apegado al interés social.
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